Mientras la Alianza y la Horda finalmente lograban derrotar a la Legión Ardiente, nadie vio a Jaina Valiente en Azeroth. Ahora, después de una profunda búsqueda interior, Jaina se encuentra en las ruinas de Theramore, la ciudad que alguna vez gobernó. Aquí, reflexiona con amargura sobre las esperanzas que antes abrigaba y las decisiones que tomó para lograr una paz duradera con la Horda, que en definitiva solo llevaron a la traición, la desazón y la catástrofe. En especial, se siente devastada por el papel que cumplió en la muerte de su padre. Y está segura de que tarde o temprano la Horda volverá a romper cualquier pacto sellado con arduos esfuerzos. Jaina decide regresar a su hogar, a la isla de Kul Tiras, para confrontar su pasado.

La guerra contra la Legión ha dejado una herida terrible en Azeroth, que Magni Barbabronce puede sentir profundamente. Ya no puede hablarle al espíritu del mundo, solo puede oír sus gritos. Acosado por la duda, Magni viaja a Silithus, desesperado por encontrar una forma de reavivar su conexión con el mundo.

Después de regresar a Azeroth, Alleria Brisaveloz convoca a sus hermanas Sylvanas, la jefa de guerra de la Horda, y Vereesa, general forestal del Pacto de Plata, para que la acompañen en una misión para reconquistar Aguja Brisaveloz, su antiguo hogar, de las manos de los no-muertos que se han adueñado del lugar. En su travesía, las tres hermanas deberán enfrentarse a los peligros del presente y a los fantasmas del pasado para descubrir si el tiempo y la tragedia las han separado de forma irreversible o si, a pesar de todo, aún son una familia.