La facciones se involucraron tanto con las razas durante la expansión de Legión que sus lideres ven la necesidad de unirlos a sus filas. Las primeras cuatro razas aliadas fueron reclutadas como resultado directo de los eventos de Legión, originados en las Islas Quebradas y Argus. Posteriormente otras cuatro razas aliadas forman parte de la historia de Battle for Azeroth.
Cada raza está asociada con un logro y reputación para desbloquear. Después de que el jugador cumpla con los requisitos para una raza determinada, debe dirigirse a la embajada de su facción: los jugadores de la Alianza pueden reclutarlos de la Embajada de Ventormenta y de la Horda de la Embajada de Orgrimmar.
Se les dará una cadena de misiones que, una vez completada, les otorgará la capacidad de crear un nuevo personaje para esa raza aliada, que comenzará en el nivel 20. Al alcanzar el nivel 110 sin usar un aumento de nivel o un impulso de Recluta a un Amigo, son recompensados con un conjunto de armadura de legado.
Tauren de Altamontaña
Los tauren de Altamontaña son descendientes de Huln, el héroe valiente de la Guerra de los Ancestros, y adoran a los espíritus de la tierra, el río y el cielo. A pesar de que la invasión de la Legión plantó semillas de discordia entre ellos, las tribus de Altamontaña se alzan unidas una vez más. Finalmente están listas para abandonar su montaña sagrada y unirse a sus hermanos de Kalimdor, donde prestarán su nobleza y su fuerza a la poderosa Horda.
Después de corresponder con El Gran Jefe Baine Bloodhoof después de la Campaña Argus, Mayla Highmountain aceptó una invitación para asistir a una fiesta en Thunder Bluff. Esta fue la primera vez que un tauren de Altamontaña visitó Kalimdor. Sin embargo, cuando Baine y el campeón de la Horda saludaron a sus invitados tauren de Altamontaña, Ebacuerno Caminaespiritus fue atormentado por las fuerzas oscuras de Uul’gyneth que intentaban corromperlo. Él y Mayla se vieron obligados a retirarse a Totem de Trueno mientras Baine y el campeón de la Horda defienden a Cima de Trueno de la fuerza de invasión de Uul’gyneth. Aparentemente, las barreras que Ebacuerno había mantenido en Altamontaña se debilitaron lo suficiente como para dejar que la Oscuridad se filtrara.
Más tarde, Baine y el campeón de la Horda viajan a Totem de Trueno para ofrecer su ayuda para sanar a Ebacuerno que ha estado luchando inconscientemente para evitar que una oscuridad lo consuma y nos sumergimos en un ritual de los caminaespiritus con el fin de restaurar los resguardos que mantiene contra los dioses antiguos a raya.
Después de restaurar las barreras, Ebacuerno recupera la conciencia y reveló que Uul’gyneth intentó regresar y conquistar Altamontaña. Todos los aliados se reúnen para frustrar el ritual de Necrogg el Hablaoscuro para encarnar a Uul’gyneth y restaurar el ultimo resguardo. Después de la batalla, Mayla expresó su gratitud por rescatar a su gente de los Dioses Antiguos. Impresionadas por la fuerza y el coraje de la Horda, Mayla y Baine viajaron a Orgrimmar para aliarse a la Horda.
Draenei Templeuz
El Ejército de la Luz se enfrentó con la Legión Ardiente a lo largo de todo el Vacío Abisal durante incontables milenios. Los draenei que demostraban un mayor compromiso con su larga cruzada se sometían a un ritual para convertirse en Templeluz, donde imbuían sus cuerpos con la propia esencia de la Luz sagrada. Tras alcanzar finalmente la victoria en Argus, los draenei templeluz han asumido una misión nueva: proteger a Azeroth de las amenazas que surjan y ayudar a la Alianza a repeler el embate de la Horda.
El Alto Exarca Turalyon cree que defender los ideales de la Alianza sería una buena causa para los Forjados de la Luz y ofrece los servicios del Ejército de la Luz al Alto Rey Anduin Wrynn. Con el respaldo del Rey, Turalyon y uno de los líderes de la orden de clase viajan al Vindicaar, aparentemente aún en casa de los Forjados de la Luz o Templeluz, para anunciar la aceptación del Ejército de la Luz en la Alianza.
La Capitana Fareeya está entusiasmada con la idea, pero afirma que están reclutando más Forjados de Luz. Turalyon invita al líder de la orden de clase a presenciar cómo los draenei se convierten en Forjados por la Luz: La Forja de los Eones, que refuerza la mente, el cuerpo y el alma de un draenei con el poder de la luz después de enfrentar a sus demonios internos.
Turalyon afirma que los Forjados de la Luz están impresionados por su fuerza y están más que dispuestos a aliarse con la Alianza, los héroes que los ayudaron a detener la Cruzada Ardiente, y continuar trayendo paz y justicia a Azeroth.
Turalyon deja al Capitana Fareeya para organizar sus tropas mientras él regresa al Rey Wrynn para dar el compromiso oficial de lealtad al Ejército de la Luz. La Capitana Fareeya encargará a los nuevos draenei Templeluz que vayan a Azeroth y cumplan su nuevo mandato: difundir la justicia de la Luz y defender los ideales de la Alianza.
Elfos Natonocturnos
Después de pasar diez mil años aislados tras una barrera protectora, los elfos de Suramar se volvieron cada vez más dependientes de la magia arcana de la Fuente de la Noche. Para proteger esta fuente de poder, los líderes de los natonocturno sellaron un pacto con la Legión Ardiente que sumió a su reino en una guerra civil. Después de luchar por la libertad contra sus maestros demoníacos, los natonocturno buscan aliados que los ayuden a recuperar su lugar en el mundo.
Después de la muerte de la Gran Magistrix Elisande y el final de la Tercera invasión de la Legión Ardiente, Los shal’dorei quisieron reincorporarse al mundo. Thalyssra creía que era poco probable que compartieran un terreno común con la Horda, y que solo sería natural unirse (o reincorporarse, por así decirlo) con los elfos de la noche, en la que nació Thalyssra.
Luego de un intercambio entre Thalyssra y una escépticamente cautelosa Tyrande Whisperwind, Thalyssra se desilusionó con la aparente arrogancia y desconfianza de los elfos de la noche, mientras Lady Liadrin de los elfos de sangre expresó una relación similar con los elfos de la noche. Thalyssra también sintió que la Alianza como organización estaba demasiado amurallada y enclaustrada, un rasgo indeseable después de haber sido amurallada literalmente durante 10.000 años.
Posteriormente de una oferta de amistad mutua del Regente Lord Lor’themar Theron de Silvermoon, la líder de los shal’dorei decidió que sería mejor aliarse con la Horda, que comparte ideales similares a los de los natonocturnos.
Elfos del Vacío
Muchos han intentado controlar la magia corrupta del Vacío, pero la mayoría ha sucumbido ante la locura. Alleria Brisaveloz es la primera mortal que ha logrado desafiar a los susurros de las sombras y está decidida a utilizar este poder para ayudar a Azeroth. Tras ayudar a un grupo de su pueblo que estuvo a punto de ceder ante la oscuridad, Alleria se ha comprometido a entrenar a estos elfos del Vacío para que aprendan a controlar las sombras que viven en su interior y presten sus poderes nuevos a la causa de la Alianza.
El elfo de sangre llamado Umbric y sus seguidores fueron desterrados del Reino de Lunargenta por investigar la magia del Vacío, comprenderla y tratar de usarla para defender al Reino. La solución ante estas prácticas que son prohibidas en el Reino resultados bastante drásticas ante Alleria Brisaveloz.
Sin embargo, ofrece posibilidades a su causa así como ayudarlos a comprender el Vacío antes de que los corrompa. Dentro de su investigación en las Tierras Ancestrales de Alleria, descubre que su información y registros son gracias al elfo traidor y maldito durante la tercera guerra, Dar’Khan Drathir. Dicha investigación y búsqueda de poder llevaron tanto a Dar’Khan como a Umbric y su gente a un mundo ancestral consumido por el mismo Vacío, a la Falla de Telogrus.
Mientras investigaban abrir los secretos de un artefacto antiguo y raro, liberan una entidad consumido y transformado por el vacío, con conciencia propia. El Principe Abisal Druzaan, quien ofrece a los espectadores el poder al unirse a sus filas y liberarlos de las limitaciones de la carne, con una gran cantidad de susurros a todos los elfos de la sangre.
Al Final, Alleria y el Adalid ayudan a Umbric y su gente a forjar su propio destino, haciendo a un lado los susurros y a controlar su poder, a cambio de aliarse con ella y la Alianza.
Orcos Mag’har
Durante incontables generaciones, los clanes orcos de Draenor lucharon unos contra otros en una guerra interminable. Pero cuando Gul’dan les ofreció la sangre de sus maestros demoníacos, las tribus dispares de los mag’har –una palabra que en orco significa «incorrupto»– rechazaron el pacto oscuro y se aliaron para expulsar a la Legión Ardiente. Tras la caída de la Ciudadela del Fuego Infernal, los mag’har juraron pagar su deuda con los héroes de Azeroth por ayudarlos en su causa. A medida que la guerra contra la Alianza se vuelve más intensa, la Horda debe acudir al poderío de los mag’har para quedarse con la victoria.
A cobro de una deuda con la Horda ante los orcos de Draenor. El adalid junto con Eitrigg tiene que buscar la manera de viajar de nuevo en el tiempo con ayuda de un fragmento del artefacto que Garrosh usó para viajar allí. Asi que para encontrar y abrir un camino necesitará la ayuda de los dragones del vuelo de bronce y el Jefe Telemante Oculeth.
Una vez que viajamos descubrimos que los Orcos Mag’har están siendo cazados por los Lazoluz y obligados a adorar a la Luz. Los Lazoluz son un grupo de Orcos y Draenei fanáticos que adoran a la Luz, una versión del Universo Alternativo de los Draenei de los Templeluz o Forjados de la luz. A pesar de que al final de Warlords of Draenor, los Draenei y los Orcos se comprometieron a trabajar lado a lado, los Draenei están tratando de desviar la voluntad de todos para que sirvan a la Luz.
Los orcos Mag’har luchan contra los Lazoluz donde al parecer Garrosh es parte de ellos y requiere capturarlos para someterlos a la fuerza. Yrel parece ser el Alto Exarca de Lazoluz, o al menos está involucrada con ellos de una manera importante. Durotan y Draka en esta línea de tiempo tienen una hija: Geya’rah. Durotan fue asesinado por los Lazoluz y Draka dirige una guarnición. Se alude que el hijo de Warchief Grommash en esta línea de tiempo, se ha unido a Lazoluz.
Al final de este encuentro los Orcos Mag’har son superados por el ejército de Lazoluz por lo que a decisión y orden de Grommash, les ordena a Eitrigg, Geya’rah y al Adalid que tienen que escapar de Draenor en el universo alternativo a Azeroth de nuestra línea temporal actual, donde se presentan a la Horda para jurar pelear con coraje y honor ante sus ideales asi como en la búsqueda de una nueva vida en un planeta lleno de vida y futuro.
Enanos Hierro Negro
Los enanos Hierro Negro son conocidos por su temperamento feroz y su determinación férrea, y tienen una historia turbulenta con el resto de los clanes. Un golpe fallido en Forjaz inició la guerra de los Tres Martillos y muchos de los Hierro Negro lucharon bajo las órdenes de Ragnaros el Señor del fuego. A pesar de que una facción de los enanos es leal a la reina regente Moira Thaurissan, otros se rehúsan a luchar junto a sus hermanos. La Alianza busca unir al clan Hierro Negro para aprovechar el poder de la azerita y sumar seguidores a su batalla contra la Horda.
Después de que los enanos Hierro Negro experimentaran con la Azerita en el Yunque Negro, la ciudad de Forja de la Sombra fue atacada por Compañía Ventura, que la destruyó y se robó el Ferromazo. Los aventureros de la Alianza recuperan el Ferromazo después de matar a Mogul Razdunk.
Para reparar el Yunque, se llevó un Fragmento del Núcleo Fundido a las Tierras de Fuego para volver a energizarlo, durante el cual se descubrió que existía el Culto de Ragnaros que pretendía recuperar a Ragnaros.
El Fragmento del Núcleo Fundido se usó junto con algo de Azerita para rehacerlo y actualizarlo. Posteriormente, Moira y Anduin declaran oficialmente a los Dark Irons miembros de la Alianza, ya que no había sido oficial antes debido a un descuido.
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